NOCHE DE ALCARAVANES
Paro Policial : Crónica de una
lucha anunciada
MARCO V. SANTOS DLG
La Semana Santa del presente año que culminó este domingo, tiene especial valor e importancia entre los muchos que el hombre vive a lo largo de los años y los siglos. El sufrimiento y pasión de Cristo sirve de corolario para la realización del tan esperado paro policial – militar de este 05 de Abril y la protesta de la sociedad en su conjunto que observa admirada y estupefacta como los gobernantes de turno han asistido a las múltiples ceremonias religiosas; con gesto contrito y ternos negros como sus almas, algunos han cargado la cruz, otros han discursado y puesto coronas de flores a los pies del nazareno e inclusive algunos sin conciencia ni esperanza de salvación, han derramado lagrimones y mojado las mascaretas que cubren sus rostros cetrinos; olvidando solucionar la problemática económica, social y de bienestar por la que atraviesa la familia de la PNP y de las FF.AA.
La atención al clamor de mejoras salariales policiales y militares que se pide hace decenios, requiere de auténticos gobernantes con planes y plataformas políticas de gobierno, serios en la redistribución de la economía para los servidores del Estado, más aún si se trata de instituciones tutelares del mismo, que con las limitaciones de escasez de recursos humanos y deficiencia del equipamiento logístico, pero si con la moral propia de los buenos peruanos, lucha diariamente contra el narcoterrorismo en el VRAE y otras zonas álgidas del país, contra la delincuencia y el crímen organizado, común y pernicioso, inclusive multiplicando esfuerzos para la captura de los amigos presos indultados y cuidando la seguridad de los altos jefes mientras asisten a hoteluchos de ínfima categoría con sus concubinas de turno. Cuando los gobiernos de las seudo democracias de las republiquetas que usted y yo conocemos, tienen la conciencia oscura encaminada a minar las instituciones que brindan seguridad y tranquilidad en el orden interno y externo o de ejecutar sus planes de venganza pergeñados aún cuando candidateaban, por capturas o seguimientos realizados en cumplimiento de la ley, entonces, es momento de que la nación peruana se de cuenta una vez por todas, que está abandonada al garete y a su destino; por cuanto, si el gobierno que los ha elegido para que administre sus dineros, sus impuestos, haga obras y brinde seguridad a sus familias, bienes y capitales, entonces está expuesta ante el enemigo que busca su destrucción, el caos y el desorden social, para sacar de todo ese maremágnum ventajas y ganancias propias de los pescadores a río revuelto.
Ya se intentó crear la desunión entre servidores en Actividad y en Retiro, con el famoso bono entregado a los primeros, en detrimento moral y material de los segundos; empero no lo ha logrado por cuanto con propinas y dádivas no se va a comprar las conciencias de los jóvenes y de los servidores que mañana más tarde, al término de su período activo pasarán a engrosar la legión de los abandonados sociales mal llamados retirados.
El personal que hoy reclama la adecuación de sus salarios para paliar en algo el actual costo de vida, ha sido aquel que durante 15 años desde 1980 a 1995, ha combatido contra la otra lacra de la sociedad peruana, la del terrorismo, perdiendo la vida cientos de policías, militares y sus familias, viendo dinamitados y destruidos sus bienes particulares.
Si los oficiales de alta graduación como generales y coroneles, ahora no participan en las protestas de reivindicación económica callejera actual, es por que los gobiernos de moral paupérrima enquistados en el poder desde los inicios de la república, los han llenado de gollerías económicas producto del latrocinio, para convertirlos en cómplices de sus satrapías e inmoralidades que a diario conocemos en este camino interminable del calvario hacia el Gólgota.
Es de esperarse que los policías, militares en retiro o no y sus familias, con la compañía de las organizaciones de clase y la sociedad en su conjunto asistan a esta acción de masas para hacer notar que el pueblo aún se encuentra en vida y se resiste a la ignominia, al olvido y a la ingratitud.
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