NOCHE DE ALCARAVANES
El remedio peor que la enfermedad
MARCO V. SANTOS DLG
La población cusqueña pensaba y creía que al expectorar a la anterior alcaldesa, a sus regidores y clanes familiares implicados en nepotismo y corrupción generalizada de la Municipalidad Provincial, se quitaría una carga muy pesada de los lomos y que sus reemplazantes enmedarían los rumbos hacia una vida económica y social organizada, empero no se dio lo ideal por cuanto los regidores encargados, accidentales, interinos, suertudos o como quiera llamárseles asumieron sus nuevas funciones en total desorientación o mejor dicho en plena improvisación, llegando al extremo de no haber pergeñado ni ejecutado un pequeño plan de emergencia o contingencia para abordar frontalmente y solucionar aspectos de la problemática de por ejemplo la inseguridad ciudadana propiciada por bandas delincuenciales organizadas y perniciosas, o la existencia de antros de expendio de drogas y alcohol que funcionan a dos metros de la puerta principal del local de la comuna en la Plaza Regocijo, vale decir en pleno centro del mal llamado “casco urbano monumental arquitectónico del Cusco o por decir el comercio ambulatorio in crescendo en las principales arterias del ámbito mencionado, ocasionando total desazón entre la población que aún cree en sus autoridades.
En efecto a diario vemos como bandas de adolescentes que se drogan con terokal y otros químicos han invadido los puentes de la Av. Del Ejército, la totalidad del Distrito de Santiago, inmediaciones del mercado central, Plaza San Francisco, Plaza Nazarenas, etc., en donde no solo asaltan a mano armada, sino que eliminan y asesinan a los que osan poner resistencia. De igual modo las cantinas, pulperías, bares, restaurantes, cafetines, discotecas y demás centros de expendio de todo tipo de licor y drogas, se han instalado en el mismísimo centro de la ciudad (lo que no sucede en ninguna ciudad que no tenga ni por asomo los lauros del Cusco como Lima, Arequipa, Trujillo o Tacna), llámese Plaza de Armas, Plaza Regocijo, calles, Suecia, Procuradores, Tigre, Saphy, Siete Cuartones, Av. El Sol, Triunfo, Choquechaca, etc., en donde los transeúntes, vecinos, moradores y turistas se ven atacados y acosados, primero por los llamadores, segundo por los beodos, tercero por los atracadores, y así un sinfín de atentados que se tiene que sufrir durante las 24 horas del día, especialmente en horas de la tarde y de la noche. También, han invadido el centro de la ciudad y calles como San Andrés, Almagro, Ayacucho, Mantas, Arequipa, Loreto, Maruri, Afligidos, todos los portales de la Plaza Mayor, cual marabuntas y langostas cargadas de hijos por docenas, los vendedores ambulantes de papa helada con queso, cuy chactado, rocoto relleno, agua de cebada, sangrecita con arroz, cigarrillos, caramelos y ni que decir de indigentes, mendigos y minusválidos. De igual modo, lejos de proteger la intangibilidad del patrimonio de los parques arqueológicos que circundan la ciudad, son los primeros en arrojar desmonte y basura en estos lugares protegidos por ley, llegando a tirarse la pelota en franco cinismo con los del INC. Finalmente y para cerrar con broche de oro hemos sido testigos de cómo los empleados y obreros de la propia municipalidad roban el combustible, carburantes y repuestos de los vehículos de esa institución, sin que nadie atine a sancionar y denunciar a los ladronzuelos de baja estofa.
Es de presumir que el actual alcalde y sus regidores buenos para nada, no sean del todo unos ineptos o como diría mi abuelita “unos papanatas”, sino que por el contrario son unos grandes pendejos que buscan congraciarse con ese sector poblacional que transgrede las normas, para fungir de buenas gentes, respetuosos de la pobreza, amantes de los desempleados, socialistas por antonomasia y miembros del club de la caridad de Teresa de Calcuta, para que como buenos reeleccionistas logren el voto ansiado en este extraño contubernio.
Esta patraña encubridora e interesada de los corruptos no debe ser permitida por la población cusqueña ni ahora, ni en las campañas preelectorales.
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NOCHE DE ALCARAVANES
Justicia suspendida o chabacana
MARCO V. SANTOS DLG.
Dice el actual Ministro de Justicia que los ciudadanos cuando pierden la libertad y son recluidos en un penal, no pierden la dignidad. Esto lo dice este flamante burócrata fusible reemplazante del indultador anterior, seguramente sin conocer los penales del interior del país, donde los presos no solo han perdido su dignidad, sino también sus nombres, expedientes y las esperanzas de salir libres; y lo repite ante las múltiples denuncias de la prensa a raíz de las facilidades grotescas que recibe el reo Kenya Fujimori en la base policial de la DIROES que como prisión es una buena carpa de circo de fiestas patrias, que a la postre viene a ser una burla ante la nación entera y una farsa más de la corrupta justicia peruana y su administrador el INPE, cuya existencia como institución es inexplicable por su alto grado de ineptitud y desorganización.
El fabricante de muertos y mentiras Kenya Fujimori, que hoy en día funge de capataz y jardinero y mañana seguramente lo hará de gasfitero, cerrajero y encargado de la armería, goza de la protección encubierta del actual gobierno, lo que se ejecuta por intermedio de los Ministros de Justicia y del Interior, del Presidente de la Corte Suprema, del Director General de la PNP y del Jefe del INPE, entes estatales y públicos que lejos de administrar justicia y propiciar tranquilidad a la ciudadanía, actúan en banda perpetrando todo lo contrario, ejecutando acciones de protección y dando facilidades al reo de marras dentro y fuera de su celda, que a la postre se ha convertido en una cómoda madriguera testigo de entuertos sociales y contubernios políticos, gracia que nace ante el temor de que la primogénita de KF salga vencedora en los próximos comicios electorales para la presidencia y por tanto el favor ya estaría dado para el consabido “borrón y cuenta nueva”, propia de los gatos falderos esconde cacas.
No solo la sociedad peruana que se jacta de ser culta y digna viene siendo aporreada diariamente por una justicia inexistente sino también chabacana como diría nuestro vecino boliviano, ya que en el Cusco hace semanas estamos viendo como un tribunal integrado por magistrados reingresados viene liquidando la moral, la dignidad y las expectativas de sanción penal con carcelería para autoridades dentro y fuera de su ejercicio, a quienes no obstante de haberse probado sus delitos, muy orondamente se les manda a sus casas como premio de sus satraperías en contra de la sociedad y del erario público. Estamos seguros que estos liquidadores harán lo mismo con los ladrones de J y S, con el Vicepresidente Regional, con el Gerente de Obras y otros, claro si algún día fueran capturados.
Esta es la justicia que espera la sociedad peruana, la del embudo, la de lo ancho para los que tienen poder económico, financiero, político o social, para los ex presidentes, ex ministros, ex alcaldes, ex regidores y angosto para los débiles, necesitados, desempleados, iletrados, analfabetos, ex ciudadanos y ex seres vivientes y modernos cadáveres andantes.
Es necesario que las autoridades involucradas en estos hechos de corruptela generalizada en cuanto al manejo de la justicia y la administración penitenciaria, enmienden sus acciones y sancionen a los responsables, haciendo que Kenya Fujimori sea instalado en las cómodas y amplias celdas de la Base Naval del Callao, para que converse con sus congéneres Guzmán, Montesinos y Polay, en donde estamos seguros no podrá ponerse a engrasar los submarinos, repintar los barcos, baquetonear los fusiles o planchar los uniformes blancos de los grumetes.
Evitemos que el caos social por el que atraviesa la sociedad peruana, en donde ya no existe autoridad, ley ni orden, se agrave en tal magnitud de llegar al punto del no retorno, característico de las sociedades anárquicas, como la que propiciaron las grandes revoluciones mundiales, que aunque giraron noventa grados de su rumbo, ocasionaron mucho costo social.
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