NOCHE DE ALCARAVANES
¿Cuándo se jodió el Cusco?
Marco V. Santos DLG.
No vamos a hablar de la desgracia que los españoles originaron con su invasión aculturizadora y destructora contra el imperio incaico, por que de una u otra forma estaríamos disculpándonos y responsabilizando a algo que sucedió hace más de quinientos años. Tampoco podremos decir que el terremoto del año cincuenta o las fenomenales y últimas lluvias que inundaron terrenos de sembrío, destruyeron vías de comunicación y aislaron pueblos. Eso significaría un craso y chabacano error que conllevaría a entrar en el campo de la falacia “at misericordiam”, por que los fenómenos naturales son eso y forman parte de nuestra vida.
Debemos referirnos y señalar con el dedo acusador a la gente que vive en esta región, a la sociedad que trabaja, vive, se alimenta, estudia y se jacta de ser miembro constitutivo de esta maravilla mundial. El poblador cusqueño es el único responsable de la calamitosa realidad por la que venimos atravesando desde hace lustros, decenios y siglos, por que no solamente es facilista en el momento de elegir a sus autoridades mediante el voto democrático en las urnas, optando como decía mi abuelita “votaré por este nomasia”, trayendo como consecuencia que bandas de rufianes se apropien de sus instituciones públicas, como actualmente acontece con la cueva de ladrones mal llamada “gobierno regional”, sus ineptos gerentes, sus pandilleros funcionarios que se han embolsillado los víveres, frazadas y herramientas de los damnificados del friaje y de las lluvias, y hasta los dineros destinados para desasnar a nuestros paisanos analfabetos, perpetrado por una anciana que lleva el mismo nombre de la alcaldesa de la MP expectorada el año pasado.
El Cusco se jodió cuando prominentes cusqueñistas, luchadores incansables, políticos de viejo cuño, dirigentes de masas y auténticos líderes se fueron de este mundo, como Emiliano Huamantica, Daniel Estrada Perez, y otros cuyas partidas dejaron hondo pesar y grandes forados en lo político y en lo social, habiendo sido reemplazados por ciudadanos que representaban a un periodismo amarillo y sensacionalista que no eran más que falsos políticos y engañosos amantes de un auténtico futuro para nuestra tierra, que ahora fungen de autoridades locales, regionales y nacionales, que se dedican a su enriquecimiento y a matar la dignidad y la autoestima de los cusqueños.
El Cusco se jodió cuando los gobiernos de turno en afán de dar trabajo a sus gonfaloneros y testaferros, creó instituciones serviles llenas de ineptos burócratas, como el INC, COPESCO, Defensa Civil, Boleto Turístico y otros similares al Ministerio Público, Poder Judicial, Defensoría del Pueblo y demás entes cuya presencia son el lastre y la rémora del desarrollo del Cusco.
Continuó fregándose cuando el adelanto tecnológico de la Internet, de la telefonía celular, de la informática agarró con los pantalones abajo a nuestra juventud, que pasa las veinticuatro horas del día en las cabinas y con los celulares pegados a la oreja. O los otros que dicen que son universitarios de la UNSAAC, de la UAC o de otras que funcionan a cada paso y paran en las cantinas y pulperías de la Av. De los Incas y de la Urb. Larapa en San Jerónimo. Cuan lejanos están los días en que los universitarios y los alumnos de quinto de media de los colegios estatales salían a las calles y hacían respetar a sus padres y a la población cuando los transportistas subían los pasajes por más mínimo que sea el monto.
Estamos seguros que si al más despistado paisano se le ocurriera citar y reunir al pueblo al frontis de la construcción del centro comercial Ima Sumaq, para protestar por el atentado de lesa cultura cometido por los ahijados de Hugo Eulogio (el Alí Babá cusqueño), por los sobrinos de Ugarte Vega Centeno, Zegarra Balcazar, Julio García y otros sátrapas de cuello y corbata, este no acudiría, pero si se le citase para que concurran a la serenata del 23 de Junio, alquilarían ponchos, sombreros y ojotas y desfilarían hasta el amanecer en completo estado de ebriedad.
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