martes, 20 de julio de 2010

NOCHE DE ALCARAVANES
Elogio de la tortura
Marco V. Santos.
El pueblo peruano paga sus impuestos en todas las modalidades creadas y puestas en ejecución por el Estado, desde las bebidas alcohólicas, cigarrillos, alimentos, vestuario, artículos de lujo y diversos que forman parte del diario vivir, para que este a cambio y por intermedio del gobierno central, de los regionales y locales, reciba atención de salud, vivienda, alimentación, educación y seguridad tanto en los frentes externos e interno,
Cuando el último rubro de la seguridad integrada por las FF.AA. y la PNP se desnaturaliza y trastoca su cometido y real esencia como consecuencia de su utilización para fines políticos nefastos de los gobiernos de turno y sus comandos institucionales pierden la moral, ética, dignidad y la disciplina, emprenden el largo camino de su destrucción, pérdida de valores y desprestigio ante la sociedad, la misma que no atinaría a respaldarlas cuando estos piden aumentos de sueldo y otras gollerías. Los actuales comandos de la Marina, Ejército, Aviación y de la Policía Nacional están conformados por jefes de las máximas graduaciones, con muchas condecoraciones pero nada de moral ni auto estima. Son simples empleados con uniforme del gobierno de turno, que no vacilan en delinquir con tal de agradar a los gobernantes y recibir una palmadita en la espalda, como los perritos falderos que durante el día no se mearon en la sala. Y si no veamos, ¿como el Comandante General del Ejército o el Director General de la policía podrían sancionar con drasticidad a sus miembros de la oficialidad o de tropa que por falta de una adecuada formación profesional y exceso de negligencia e ineptitud intervienen en forma grotesca a ciudadanos que en maldita hora les solicitan apoyo, asesinan a nativos, violan a las jovencitas en los cuarteles y comisarías y demás faltas y delitos habidos y por haber, si ellos mismos son el mal ejemplo andante, por cuanto son los primeros en llevar a los hoteles a sus oficiales femeninas, de uniformar a congresistas mal llamados “oficiales de reserva”, o de tirarse el combustible de los vehículos de servicio o pignorar las arenas de los cuarteles?
En el caso específico de la PNP, ésta se ha elitisado al haber creado unidades operativas como la DE ASALTO, LOS SINCHIS, LAS AGUILAS NEGRAS, LA DIROVE, LA POLCAR, etc., que no son especializadas en sus respectivas actividades; es así que los últimos días el país entero ha sido testigo de cómo un grupo de delincuentes uniformados encabezados por su jefe comandante que operan en la nefasta unidad de las Águilas Negras (subvencionada por la Asociación de Bancos), han descoyuntado como a un cobayo a un ciudadano que les solicitó su ayuda y para esconder su delito crearon la farsa de sembrarle droga entre sus pertenencias, para hacer creer a este país de chunchos que el occiso era un marca y para colmo era drogadicto.
En cualquier país que se jacte de ser culto y no ninguna republiqueta bananera (¿cómo la nuestra?) habrían renunciado ipso facto el Ministro del Interior y el Director General de la PNP.
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