domingo, 7 de agosto de 2011

EL SINDROME REGIARDO

¿Los hijos y familiares de los congresistas en ejercicio tienen que ser atracados, asaltados, violados y abaleados cuando por azares del destino se encuentran en la vía pública, para que se interesen en luchar contra la delincuencia común y organizada, enterarse recién que existe una población abandonada y a disposición de las mafias delincuenciales durante las 24 horas del día, para ponerse a visitar a otros niños y adultos agraviados que se encuentran internados en clínicas y hospitales, para ofrecer y vociferar que iniciarán una lucha sin cuartel contra la lacra lumpenesca y legislarán sin parar para que el pueblo peruano viva en tranquilidad y con seguridad?.
El pueblo peruano no se comerá esa piedra de molino que los congresistas le quieren hacer engullir a los autóctonos de este país, bajo el argumento faláz de estar entusiasmados en servir al pueblo que los eligió, por que ellos en actual ejercicio o los que se fueron a sus terruños a sembrar sus tierras o a las playas del caribe a gozar de los dineros del pueblo, nunca han pensado en legislar para el bienestar del pueblo, sino en ver la mejor y más rápida forma de lucrar y aprovecharse del erario nacional como en los famosos gastos de representación, de instalación, de desinstalación, de viáticos, de aguinaldos por navidad, por fiestas patrias y demás gollorías de las que gozan estos elementos afortunados.
El pueblo no se ha olvidado de las leyes intrascendentes, baladís e inservibles que hacen estos bufones con sueldo y corbata, como son la de instaurar el día del Cuy, del Chicharrón, del Cebiche, no desconoce que la ocupación permanente de estos mal llamados padres de la patria, es la de comer pollo, matar a balazos a perros falderos, robar la luz del vecino, ordenar a sus asesores con jugosos emolumentos pagados por el Estado a que le planchen sus camisas o le laven los pies; lejos de estudiar, analizar y presentar proyectos de leyes para atacar frontalmente la delincuencia en sus diversas formas como la prostitución y drogadicción juvenil, las barras bravas, las pandillas, la deserción escolar, la explotación laboral y mendicidad juvenil, y otras deformaciones y taras sociales que vemos a cada paso en el vasto territorio nacional.
El caso penoso por cierto por la que atravieza actualmente el congresista Regiardo es un síndrome más que pasará y en los próximos días será olvidado y este mismo padre de la patria, será el encargado de pisotear los derechos ciudadanos y olvidarse sus obligaciones para con el pueblo.
La pequeña agrupación política o rejunta de cuatro gatos que dirige en el congreso, en donde ha reunido a ratas pardas del gobierno saliente, a pericotes de mingitorio expectorados por desleales e ineptos de sus anteriores partidos y movimientos políticos, tiene un solo objetivo, el de presidir algunas comisiones congresales sin importancia pero con las puertas abiertas para los contubernios y manejos bajo la mesa, en los cuales por cierto no figura el pueblo y su problemática social.
Si de vivir de ofecimientos hipócritas, engaños y mentiras de los actuales dueños del poder se trata, entonces también seamos un poco cáusticos para ver que estos ciudadanos que actualmente vienen apoltronándose en las oficinas de las diferentes instalaciones del congreso, salgan a las calles de Lima y sean visitados, olfateados y golpeados por los delincuentes que ellos mismos y sus colegas del poder judicial mantienen sueltos y libres por la gran ciudad.
MARCO V. SANTOS
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