domingo, 22 de abril de 2012

LOS CHALECOS DE LA MAFIA

LOS CHALECOS DE LA MAFIA. Si Elliot Ness hubiera utilizado las armas y los chalecos de la policía peruana para perseguir a Al Capone estaría perdido en el olvido y no estaríamos contando ahora la historia de sus victorias policiacas contra la actividad de los mafiosos norteamericanos. En el Perú tienen que ocurrir eventos de la lucha contra el crímen organizado común y pernicioso como el ataque de las bandas delincuenciales organizadas de la gran urbe y de las zonas de sierra y selva del interior del país, en éste caso el accionar perpetrado por el narcotráfico y el terrorismo y la unión de ámbos, bañados de sangre y colgajos humanos, acompañados por cierto con destrucción de equipos y bienes logísticos de las fuerzas del órden, para que salgan a la luz los hechos de corrupción generalizada en la compra de equipos, perterechos y alimentos de los elementos de las FFAA y PNP, para su uso y empleo en la actividad del servicio rutinario y de emergencia, cometidos por los administradores de los institutos que no son otros que los mismos generales y coroneles que nombran las comisiones de adquisiciones a sus compadres y allegados de sus cofradías, para que dentro y fuera del territorio patrio adquieran esos equipos inadecuados, impropios, obsoletos, incompletos, inservibles y carentes de toda calidad que puedan proteger la salud, la alimentación y la integridad física de sus usuarios. El enriquecimiento ilícito de sus autores engalonados y condecorados en demasía hace que ahora los deudos de los caídos en combate contra las bandas delincuenciales, lloren y maldigan el día en que sus familiares y seres queridos ingresaron por vocación o interés económico a servir a la patria, empero éstos no se amilanan por cuanto no tienen sangre en la cara y se ven fortalecidos con la intromisión de los opinólogos salidos de la casa de Alí Babá de la Av. Abancay que no saben la naturaleza ni el orígen de la corrupción en las adquisiciones logísticas de las fuerza del órden y de los ex servidores EP Guibovich, Mora, Chiabra, Furnier y otros de triste recordación que salen a defender sus gestiones en su institución, hablando maravillas con total cinismo de los equipos que adquirieron llegando inclusive a compararlos con los equipos de la OTAN utilizados en la guerra de Medio Oriente. Los opinólogos que conforman la actual caterva política nacional procedentes de sus casas y de sus cuarteles creen que todos los peruanos no tienen más de dos dedos de frente al intentar encasillarnos en la trafería de los chalecos antibalas de cartón, sin la placa de keblar e imantados para atraer las balas enemigas, no obstante que la verguenza ajena que provocan los mafiosos comisionados para adquisiciones de la PNP, EP, MGP y FAP también radica en los vehìculos pequeños, medianos y mayores como aviones, avionetas, helicòpteros, camionetas, furgonetas, lanchas, motonaves, motocicletas, etc., sus accesorios, repuestos combustibles, carburantes, mantenimiento, altas, bajas y remates inadecuados, en la compra de borceguíes de lona que se pudren ante el mínimo uso en zonas húmedas de selva, los uniformes de lona de ínfima calidad que producen escoriaciones al usuario, pantalones y polacas de tela plastificada, ponchos para lluvia que no protegen de la más mínima garúa, asimismo, radios obsoletas que obligan al uso de los teléfonos celulares de propiedad del efectivo, armas de fuego obsoletas y sin mantenimiento, munición pasada que data de decenios, del mismo modo los alimentos de las unidades acuarteladas y de las fuerzas operativas de campo anti higiénicos, mal preparados, con ingredientes e insumos no recomendables para consumo humano y enlatados de pescado, de frutas, de cereales, de menestras, de jugos de fruta y demás de éste rubro totalmente hongueados, podridos y transportadores de salmonella que llevan a intoxicaciones furibundas como la acontecida hace unos días en Madre de Dios; ni que decir de la falta de preparación operativa de los elementos, sin prácticas de campaña, sin ejercicios de tiro, sin conocimientos de supervivencia, de reserva de la información, de lectura de cartas ni uso de brújulas o GPS. A todo ésto hay que sumar la inexistencia de Planes de Operaciones, Planes de Seguridad, Planes de Evacuación, Dispositivos de Servicio, Uso de Claves y Santo y Seña o instrucción sobre el manejo de equipos de cómputo, uso adecuado del Uniforme, empleo de los signos exteriores de respeto, presentación policial y/o militar, porte y aliño y formulación de partes, informes, atestados, etc. En realidad una completa calamidad de los comandos militares y policiales peruanas de ayer, hoy y mañana que nos llevan al sempiterno y triste sendero de la inseguirdad ciudadana en la ciudad, en el campo, en la vía pública, en los centros de abasto, en los centros educativos, en las universidades, en los terminales aéreos y terrestres propiciada y perpetrada por el crímen organizado, común y pernicioso. MARCO. SANTOS DLG http:PARNASOPPSLIBRESXXIBLOGSPOT.com/