sábado, 21 de noviembre de 2009

NOCHE DE ALCARAVANES
¿Yquién toma café?

El café peruano se cultiva entre los 1,200 y 1,800 metros sobre el nivel del mar en los valles de la Villa rica de Oxapampa en Pasco y en los de La Convención Quillabamba en Cusco. Nosotros lo cultivamos y lo exportamos, pero no lo consumimos. Este producto está entre los mejores del mundo. Las cafeterías y los cafés con piernas son contados, han sido vencidos por las tiendas de comida chatarra como los bembos, norkys, pasti pizas, piza hut, rokys, etc., donde se comen hamburguesas, pollo frito con papas fritas, refresco, gaseosas o red bull.

La producción del café aún continúa en Costa de Marfil pero la primera del mundo se halla en Brasil. El consumo de café se imbricó en la historia por un pasaje glorioso por Europa de los siglos XVI al XX, y ahora en Estados Unidos es hábito masivo, aunque los yanquis le echen demasiada agua, será por que estos quieren ser inmortales.

El café como local o centro de reunión quedó vinculado a ese modo de vida característico de los tiempos modernos, donde las damicelas se reúnen para chismear y los varones para hacer pactos, hablar de futbol, de la bolsa o del armamentismo de Chile, esta es la democracia. España empezó a consumirlo recién a mediados del siglo XIX, pero poco a poco le tomaron gusto, hoy en Madrid funcionan las terrazas de día y de noche, en ellas los españoles practican su antiguo ritual, el de charlar, de ahí su paso y transición democrática y de ahí que la nuestra no camine o si lo hace va de tumbo en tumbo y casi dando pena.

En Lima y otras ciudades que se jactan de tales dentro del territorio nacional ya no se toma café como antes, se toma whisky medio blancón, con apariencia de haber sido fabricado en Juliaca, a toda hora, en jornadas laborables o dentro de sus autos. En las polladas, parrilladas, truchadas y demás reuniones achoradas, con carpas de lonas sucias y desvencijadas, armadas en la esquina o en media calle, cerrando el paso a transeúntes y vehículos, se bebe trago a raudales, pero nadie toma café. No nos olvidemos de los parroquianos que a cualquier hora de la mañana se mandan unos pisco souers como si nada o su té piteado con aguardiente o alcohol boliviano.

Las cafeterías no son tristes, son alegres, cordiales, con buena atención y si son chicas minifalderas mucho mejor, asisten criollos sociables pero sobrios, con estilo de vida urbana, como los de calle Espaderos o de los portales del que alguna vez fue el lujoso hotel de Turistas, para orgullo de los cusqueños y objeto de latrocinio de algunos rufianes que felizmente ya fueron enviados a la chirona de Quencoro.

Está de moda consumir los cafés enlatados o embolsados de naescafé, kirma, altomayo y muchos otros que ofrecen en las bodegas, pero el café de cebada eco, de fabricación chilena se compra y consume por su bajo precio y sus ofertas de vasitos. Pero el café debería ser de café, como la naranjada de naranja y la limonada de limón.

Gente de renombre ha tomado café, y si no veamos a Honorato de Balzac que se engulló 50 mil tazas en toda su vida, de igual forma los músicos Bach, Bethoven y Ravel. Sus temas como cantatas y sinfonías eran compuestos entre taza y taza de café.

Tomar café no provoca riñas, escándalos ni accidentes en las carreteras, al contrario evita el sueño para los que estudian o manejan en las tortuosas carreteras del país. Nadie se va a ver el sol a cuadritos por haber tomado una o dos tazas de café. Tomarse un buen café o fumarse un habano o un cigarrillo le hace bien a la gente que tiene responsabilidades. http://PARNASOPPSLIBREXXIBLOGSPOT.COM/

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