sábado, 22 de mayo de 2010

NOCHE DE ALCARAVANES
Justicia suspendida o chabacana
MARCO V. SANTOS DLG.
Dice el actual Ministro de Justicia que los ciudadanos cuando pierden la libertad y son recluidos en un penal, no pierden la dignidad. Esto lo dice este flamante burócrata fusible reemplazante del indultador anterior, seguramente sin conocer los penales del interior del país, donde los presos no solo han perdido su dignidad, sino también sus nombres, expedientes y las esperanzas de salir libres; y lo repite ante las múltiples denuncias de la prensa a raíz de las facilidades grotescas que recibe el reo Kenya Fujimori en la base policial de la DIROES que como prisión es una buena carpa de circo de fiestas patrias, que a la postre viene a ser una burla ante la nación entera y una farsa más de la corrupta justicia peruana y su administrador el INPE, cuya existencia como institución es inexplicable por su alto grado de ineptitud y desorganización.
El fabricante de muertos y mentiras Kenya Fujimori, que hoy en día funge de capataz y jardinero y mañana seguramente lo hará de gasfitero, cerrajero y encargado de la armería, goza de la protección encubierta del actual gobierno, lo que se ejecuta por intermedio de los Ministros de Justicia y del Interior, del Presidente de la Corte Suprema, del Director General de la PNP y del Jefe del INPE, entes estatales y públicos que lejos de administrar justicia y propiciar tranquilidad a la ciudadanía, actúan en banda perpetrando todo lo contrario, ejecutando acciones de protección y dando facilidades al reo de marras dentro y fuera de su celda, que a la postre se ha convertido en una cómoda madriguera testigo de entuertos sociales y contubernios políticos, gracia que nace ante el temor de que la primogénita de KF salga vencedora en los próximos comicios electorales para la presidencia y por tanto el favor ya estaría dado para el consabido “borrón y cuenta nueva”, propia de los gatos falderos esconde cacas.
No solo la sociedad peruana que se jacta de ser culta y digna viene siendo aporreada diariamente por una justicia inexistente sino también chabacana como diría nuestro vecino boliviano, ya que en el Cusco hace semanas estamos viendo como un tribunal integrado por magistrados reingresados viene liquidando la moral, la dignidad y las expectativas de sanción penal con carcelería para autoridades dentro y fuera de su ejercicio, a quienes no obstante de haberse probado sus delitos, muy orondamente se les manda a sus casas como premio de sus satraperías en contra de la sociedad y del erario público. Estamos seguros que estos liquidadores harán lo mismo con los ladrones de J y S, con el Vicepresidente Regional, con el Gerente de Obras y otros, claro si algún día fueran capturados.
Esta es la justicia que espera la sociedad peruana, la del embudo, la de lo ancho para los que tienen poder económico, financiero, político o social, para los ex presidentes, ex ministros, ex alcaldes, ex regidores y angosto para los débiles, necesitados, desempleados, iletrados, analfabetos, ex ciudadanos y ex seres vivientes y modernos cadáveres andantes.
Es necesario que las autoridades involucradas en estos hechos de corruptela generalizada en cuanto al manejo de la justicia y la administración penitenciaria, enmienden sus acciones y sancionen a los responsables, haciendo que Kenya Fujimori sea instalado en las cómodas y amplias celdas de la Base Naval del Callao, para que converse con sus congéneres Guzmán, Montesinos y Polay, en donde estamos seguros no podrá ponerse a engrasar los submarinos, repintar los barcos, baquetonear los fusiles o planchar los uniformes blancos de los grumetes.
Evitemos que el caos social por el que atraviesa la sociedad peruana, en donde ya no existe autoridad, ley ni orden, se agrave en tal magnitud de llegar al punto del no retorno, característico de las sociedades anárquicas, como la que propiciaron las grandes revoluciones mundiales, que aunque giraron noventa grados de su rumbo, ocasionaron mucho costo social.
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