miércoles, 10 de febrero de 2010

NOCHE DE ALCARAVANES
Falacias de la meritocracia o amigocracia
Marco V. Santos DLG
No obstante que el Presidente de la República siendo el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú, tiene facultades, atribuciones y prerrogativas para comandarlas en caso de guerra externa e interna, para presidir los desfiles y paradas militares de fiestas patrias o clausurar los años académicos de las escuelas de formación, también tiene las obligaciones de implementarlas, abastecerlas y aprovisionarlas logísticamente para el cumplimiento eficiente y eficaz de sus respectivas funciones y finalmente de velar por el bienestar de sus recursos humanos de todos los grados, clases, subclases y especialidades tanto en el servicio activo como en el retiro. Hace unos días el Jefe Supremo de las FF.AA y PNP salió a los diferentes medios de prensa de Lima, para hacer conocer su novísimo plan pergeñado, sustentado y analizado por sus sesudos asesores en política y seguridad, cual es el de aumento de haberes según la meritocracia de todos y cada uno de los uniformados, que suponemos que por su morfología ese término debe significar el imperio y el gobierno de los méritos de cada quién, para que se pueda sustentar un posible aumento económico.
El personal de Oficiales, Sub Oficiales y de Tropa de las fuerzas tutelares del Estado está sometido diaria, semanal, quincenal, mensual, trimestral, semestral y anualmente al control de su rendimiento en el servicio operativo y administrativo en las unidades en donde se encuentra asignado a lo largo del territorio patrio, lo que a la postre AMERITA su calificación y otorgamiento de ascensos, condecoraciones y reconocimientos fijados en los reglamentos o su separación del servicio activo. Este control se hace mediante la Lista de Revista antes, durante y después del mismo.
Por tanto el término meritocracia usado en forma facilista es lanzado al aire con el solo fin de distraer a la opinión pública y convertirse en una cortina más de humo para desviar la atención de los militares y policías objeto de agravio, convirtiéndose en una FALACIA AT MISERICORDIAM del gobierno, por que es suficiente mérito el vestir uniforme diariamente en las interminables llanuras, desiertos y ciudades de la costa, en la frígida y cambiante sierra o en la agreste selva, pudiendo ser blanco fácil de la delincuencia y el crimen organizado, común y pernicioso. Es suficiente mérito cuidar los caóticos penales, intervenir a las barras bravas y pandilleros de la urbe, luchar contra el narcoterrorismo en el VRAE, resguardar las fronteras, evitar el contrabando en el caso de la PNP. Es de mucho mérito permanecer en las bases militares, comandar submarinos de patrulla en el litoral, pilotar aviones de combate o tanques durante el entrenamiento, en el caso del EP, FAP y MGP.
O es que con el pensamiento falaz de marras, se quiere otorgar únicamente aumento de salarios y otros plus al personal uniformado allegado al partido de gobierno y de confianza que funge de guardaespaldas de congresistas, jefes de instituciones, autoridades regionales y edilicias provinciales y distritales y a los familiares de estos.
No es recomendable mezclar y comparar el servicio de las FF.AA y PNP con la que cumplen rutinariamente otras como Salud, Educación, Vivienda, etc.
No se debe aceptar la caridad ni la limosna, por que la primera no es substituto de la justicia. Los problemas de la justicia y la justeza se resuelven precisamente con esos criterios, como lo es el aumento de haberes y salarios, que no se soluciona con la caritativa meritocracia que nos suena a limosna para los miembros de la amigocracia, de la allegadocracia y de la plutocracia. Lo justo es lo justo. Existe suficientes méritos para el aumento a las fuerzas del orden, la paz y la tranquilidad y por consiguiente para los guardianes del bienestar público y desarrollo nacional.
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