NOCHE DE ALCARAVANES
¡Priorice señor Presidente,
Priorice!
Marco V. Santos DLG.
No es que la presidenta de Chile doña Michelle Bachelet, no tenga organizado su gobierno que ya fenece para afrontar este tipo de acontecimientos ocasionados por los fenómenos propios de la naturaleza, lo que en un principio se creyó, ante la demora de la reacción de las autoridades civiles y militares para proteger a los damnificados y los grandes almacenes de alimentos, ropa y artefactos de los saqueadores y avivatos lumpenescos que no faltan en las sociedades modernas. El hecho es que arrogancia por delante, el gobierno Mapochino primero analizó los alcances de la gravedad y la forma de afrontarla, con sus recursos propios y disponibles. Ellos cuentan con la solvencia económica en su caja fiscal, cuentan con los alimentos de primera necesidad y los medios y recursos de la tecnología convertida en equipos, maquinaria y medios de transporte. Luego del análisis concienzudo, salieron ante la opinión pública mundial pidiendo la colaboración, pero no con lo que ellos ya cuentan, sino con lo que les hace falta, como con puentes móviles, teléfonos satelitales, generadores eléctricos, hospitales de campaña, equipos quirúrgicos, centros de diálisis y otros necesarios que puedan ser empleados como complemento con lo que ya tienen. Luego de esto, al volver la calma reconstruirán la infraestructura de las ciudades y darán bienestar a sus poblaciones.
Pero, que el gobierno peruano lleve tres aviones cargueros fletados, con recursos con los que ya cuentan los afectados del sur y que todavía esto sea entregado personalmente por el actual presidente, ya peca de excesivo figuretismo y desmedido apoyo para un país pudiente, cuyos gobiernos de turno nos miran del hombro para abajo y nos tratan de indios hambrientos patarrajadas.
Hubiera sido necesario priorizar el indicado socorro tomando en cuenta el abandono de las escuelas de los arenales, de los hospitales en carpas y las viviendas de los damnificados de Pisco, de los pueblos de Aguas Calientes, Pisac, Zurite, Huacarpay, Huambutío, Taray del Cusco, que han quedado aislados, sin carreteras, puentes ni vías ferroviarias y sus pobladores han perdido todo de lo poco que poseían. Sería importante invertir en equipos, maquinaria y personal técnico para que se empiece a monitorear los ríos que aún no se han salido de sus cauces. El casco monumental del Cusco, va a ser arrasado por tres o cuatro riachuelos que atraviesan la ciudad y nadie hace nada por evitar el peligro. Las ciudades de Tacna, Moquegua, Arequipa, Lima y todas las del norte tienen permanentemente amenazas de tsunamis y el gobierno central por intermedio de la ministra de economía, no tiene la menor intención de adquirir un sistema satelital de alarma para prevenir este fenómeno. ¿Es que estamos apoyando a todo el mundo con dinero y víveres, sabiendo lo que se nos viene, esperando que ellos nos retribuyan con su ayuda cuando vivamos en carne propia las catástrofes como las de Chile?
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