BAILANDO SOBRE EL CADAVER DE OSAMA BIN LADEN

Bailando sobre el cadaver
En plena circunstancia coyuntural pre electoral presidencial en los EE.UU. en donde su presidente el inmigrante africano Barak Obama era objeto de ataques de la ultra derecha y facciones racistas, llegando inclusive a cuestionar su nacionalidad, exigiendo que el mandatario demuestre lo contrario con su certificado de nacimiento en mano, lo que efectivamente lo hizo ante las cámaras de televisión del mundo, no quedando ahí el entuerto pre electoral, sino que las objeciones a una reelección se mantenían vivitas y coleando, referentes a su ofrecimiento pre electoral anterior incumplido de cerrar la carcel de Guantánamo en Cuba y la problemática de los inmigrantes latinos y de todo el orbe que buscan hacer realidad el sueño americano y muchos otros problemas de índole económico y laboral norteamericano que aunque no queramos, trascienden a todo el mundo; el mismísimo Obama sale a los medios de su país y del orbe para difundir su mensaje sobre la muerte de Osama Bin Laden en la frontera de Afganistan y Pakistan en la madrugada del 02 de mayo, a manos de quince comandos de élite norteamericanos con apoyo del ejercito pakistaní.
Al más puro estilo de las tropas peruanas durante la captura de Abimael Guzman que en base a informes de inteligencia de la Policia Nacional, que hacían seguimiento a los movimientos de una escuela de ballet dirigida por la Garrido Leca, los alimentos que compraban, la basura que botaban compuesta de cajetillas de cigarrillos, medicamentos contra la soriasis, comprobantes de pago, apuntes sobre movimientos de personas anónimas, la CIA reunió suficiente información similar a la labor peruana, llegando a concluir que en un edificio moderno de un área residencial de la zona referida, sin ventanas, sin instalaciones de luz eléctrica, de telefonía, de televisión y en el que quemaban la basura y deshechos en un patio interior, se escondía el terrorista autor del ataque y destrucción de la torres gemelas y el Pentágono en los EE.UU.
La reacción entre los norteamericanos fué tal que ni bien acabó el mensaje de su presidente, celebraron a rabiar con banderas en mano, quemando fotos y afiches del terrorista árabe muerto, recibiendo el nuevo día con bailes, fiestas callejeras y bastante licor, eclosíon que fue imitada por propios y extraños del mundo entero especialmente entre los socios de los norteamericanos, como Francia, Inglaterra, Italia, España, Australia, Canadá, Japón y otros.
El exceso de las celebraciones, practicamente bailando sobre el muerto, resulta peligroso y aventurado in extremis, ya que más que la muerte misma de Bin Laden, les duele a lo seguidores del grupo terrorista Al Kaeda la celebración, el jolgorio, la burla del caído; ésto puede acarrear la venganza de los terroristas dolidos que tienen diseminados sus huestes en el territorio estadounidense y países amigos de los imperialistas, como inmigrantes y como ciudadanos legales, que bien podrían atacar subrepticiamente con artefactos y explosivos comunes o con bombas nucleares artesanales o de bolsillo que se expenden y compran en el mercado negro ruso, indú y pakistaní.
MARCO V. SANTOS.
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