martes, 9 de noviembre de 2010

EL PROBLEMA DE LOS REELECCIONISTAS

En el Perú nos interesa muy poco analizar el síndrome del reeleccionismo de las autoridades nacionales, regionales y municipales, por cuanto a sus ciudadanos les importa casi nada el participar y desmenuzar el intrincado trasfondo de la política y de los políticos. Ninguno de los que participan en este juego del poder tiene en mente y en sus planes el servir al pueblo buscando su engrandecimiento y desarrollo para el logro de su bienestar y del bienestar común. Ellos solo tienen entre manos el servirse y aprovecharse del poder para embolsillarse los recursos económicos y despilfarrar los bienes del Estado.
Luego de haber esquilmado la propiedad pública y sin siquiera concluir con sus mandatos dispuestos por ley, estos elementos del mal se lanzan a la reelección en sus mismas localidades o en otras que les ofrecen mayores gollerías y condiciones para el latrocinio, es así que tenemos a los alcaldes que luego de haber efectuado sus campañas electorales con los dineros del pueblo, y de haber invadido la propiedad ajena con la pegatina de afiches y pintado de paredes y propalar discursos demagógicos y plagados de necedades y mentiras, acceden a un mandato más, lo que les ocasiona la pérdida de la noción y del tiempo.
En efecto el alcalde del Cusco reelecto para un mandato más en estos momentos se encuentra navegando en al mar de la arrogancia, la vanidad y el triunfalismo barato que le impide ver las cosas por su peso e importancia. El casco monumental y arquitectónico de la ciudad ha sido invadido por vendedores ambulantes de comidas, bebidas, ropas y demás chucherías, que dejan las principales arterias de la ciudad como un muladar de la peor especie. Los portales de la plaza mayor son basurales donde arrojan bolsas plásticas, papeles, cartones, toallas higiénicas y condones tirados de las discotecas y prostíbulos con licencia, firma y sello incluidos de nuestro alcalde, que rodean a esta famosa plaza otrora de prestigio mundial.
En plena campaña el burgomaestre de marras tuvo la osadía de manifestar que no expulsaría a los ambulantes invasores de las arterias céntricas, por que ellos eran la garantía de su relección con sus votos.
Esta invasión de la plaga de desocupados es observada por los visitantes y turistas nacionales y extrangeros con lástima y pena, por el estado al que hemos llegado gracias a las autoridades ineptas e improvisadas.
Seguro que para el alcalde reelecto del Cusco le es muy dificil el poder ordenar a sus gerentes y servidores que mantengan las 24 horas del día un grupo de efectivos de la baja policía o de los municipales para que escoba en mano levanten toda basura o desecho arrojado por los transeuntes. Seguramente que los protíbulos, cantinas y pulperías que funcionan las 24 horas de todos los días en el perímetro de la plaza mayor, le dan ingresos suculentos a la municipalidad, por que no hay forma de entender como es posible que el acoholismo, la drogadicción y el puterío se dé en este recinto que merece todas las atenciones. Esto no se dá en ningún lugar del país, en ciudades como Arequipa, Tacna, Lima, Trujillo o Chiclayo. Solo podemos ver y observar en el Cusco, donde caminamos hacia atrás como el cangrejo.
MARCO V.SANTOS

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