martes, 20 de marzo de 2012

Ingenuidad y chabacanería en el Mar de Grau

Faltando casi una veintena de días para que se cumpla un nefasto 30° aniversario de la Guerra de las Malvinas, el gobierno peruano mediante su Canciller Roncagliolo autorizó la visita e ingreso al Puerto del Callao de la fragata misilera HMS Montrose de la armada británica, lo que hizo que los gobiernos de Argentina, Venezuela, Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil se hayan razgado las vestiduras, argumentando que la autorización peruana en favor de los británicos atenta contra los lazos de amistad y solidaridad que existen y prevalecen en ésta parte del continente americano y que hace poco han sido refrendados y recordados en sendos documentos de pactos solidarios de la Unión de Naciones Sud Americanas (UNASUR), que en el fondo y la forma hablaban de un franco apoyo al gobierno argentino ante la reciente agresión de los ingleses en las Islas Malvinas, rechazando la presencia de éstos en la zona austral de Sud América.
La autorización que se comenta, la misma que causó mucho revuelo internacional, especialmente en los congresos peruanos argentinos, que dicho sea de paso, ámbas casas legislativas tienen la misma catadura moral, desprestigio e ingobernabilidad, a las pocas horas fue dejada sin efecto ante la presión mediática de los argentinos y de los enemigos del gobierno de Humala, que son los mismos que azusan los problemas sociales de los mineros ilegales, de los enemigos del proyecto Conga, de los descubridores de la problemática penitenciaria sempiterna, etc., rectificación improvisada que originó el saludo y felicitación de los protestantes mediáticos y callejeros autóctonos y foráneos.
La autorización primigenia ejecutada con acuerdo del ejecutivo, para el ingreso de la nave militar al Callao y su posterior denegatoria estando inclusive la nave en pleno ingreso a zona naval, basada en una presión de los argentinos, no hace otra cosa que demostrar la improvisación casi chabacana en la toma de acciones en éste tipo de asuntos, demostrando una ingenuidad y genuflexión ante el embate político internacional, lo que a la postre perjudica las relaciones con el Reino Unido, inclusive afectando la próxima visita del presidente peruano a Inglaterra, la que facilmente podría suspenderse.
Empero el meollo del asunto radica ¿en que medida podemos tomar a Chile, Argentina o a Inglaterra como amigos fraternos del Perú?, si el primero brindó sus cuarteles, bases y costas como cabeceras de playa a los hijos de la Tatcher para su reequipamiento logístico en la guerra de las Malvinas próximas pasadas, el segundo bajo el gobierno de Ménem vendió armas a Ecuador en pleno conflicto con Perú, no obstante que era garante de paz y que el actual gobierno de la presidenta Fernandez viuda de Kirtchner, absolvió y felicitó al felón Menem y finalmente el tercero que en los inicios de la vida republicana peruana en alianza político militar con Chile, destruyó y desapareció nuestras riquezas del guano de isla, el salitre, el caucho y actualmente lo ejecuta vilmente el mismo coloniaje con la explotación ferroviaria turística de Machupicchu con Perú Rail.
La nave militar inglesa debió acoderar en el Callao como medida autónoma peruana, sin miramientos a falsos lazos de amistad, lealtad ni solidaridad con los gauchos, por que a la postre vienen a ser lo mismo de traidores y antiperuanos que los chilenos e ingleses.
MARCO. V SANTOS DLG
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