PERUANOS PROCRASTINADORES PROFESIONALES

La procrastinación es el hábito de postergar actividades que deben atenderse en forma inmediata sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes, agradables y facilistas. La situación que se pospone o posterga puede ser percibida como abrumadora, desafiante, dificil, tediosa o estresante, por lo cual se autojustifica posponerla a un futuro idealizado. La procrastinación como síndrome que evade tareas a realizar, lleva al individuo a refugiarse en actividades ajenas a su cometido. La costumbre de posponer actividades urgentes, conllevan a generar dependencia a otros diversos elementos o actividades como comprar en exceso, comer compulsivamente, navegar en forma interminable en la Internet, trabajar fuera de los horarios, etc., todo para eludir algo de simple atención y solución. Los procrastinadores lo son por evasión cuando se tiene miedo al fracaso, por baja autoestima, lo son también por activación, cuando se posterga la tarea hasta que no haya más remedio que realizarla, y también por indecisión cuando se pierden pensando en la mejor forma de acción sin llegar a tomar ninguna decisión.
Los peruanos debemos ser procrastinadores profesionales y genéticos, especialmente los políticos que nos han gobernado desde los inicios de la república, que nunca asumieron o afrontaron los problemas que se presentaban al Estado incipiente y emergente en el panorama mundial, tales como cuando Chile en pacto diabólico con los ingleses empezó a armarse para declarar la guerra de 1879 al Perú y apropiarse de sus territorios por la fuerza de las armas, el falso plebiscito del 50 con entrevistas a ciudadanos chilenos que fueron colocados en Arica en remplazo de peruanos trasladados al sur de ese país, el minado de territorios fronterizos peruano chilenos por parte de éstos últimos, la perennización de tratados pesqueros como acuerdos limítrofes marítimos con Chile; que por el sólo hecho de no tomar el toro por las astas, se dejaron pasar no obstante la peligrosidad de sus consecuencias como las de no haberse armado a la par que los araucanos, con lo que se hubiera evitado la derrota en la Guerra del Pacífico, la invasión de Lima, la pérdida de territorios, de riquezas y de dignidades, la pérdida de vidas y quejas a estamentos internacionales como la Corte Internacional de la Haya, respectivamente, o la mirada de reojo y pusilánime a la minería informal e ilegal de la costa, sierra y selva desde hace más de medio siglo, la no atención a la educación mediocre, a la inseguridad ciudadana, a los embates de los fenómenos de la naturaleza como el friaje, las sequías, las lluvias, las inundaciones, los huaycos, los embalses, cuya lucha no planificada, ignorada y ninguneada ocasiona actualmente la depredación de los territorios y el medio ambiente, la presencia de ciudadanos sin educación ni cultura que aún osan participar en la vida democrática como electores, o la pérdida de vidas humanas, de ganados, de sembríos, de carreteras, de puentes y de infraestructura del Estado con ingentes gastos al erario nacional, solucionando la problemática creada por los procrastinadores de los gobiernos de turno, con medidas populistas y facilistas, como lo son la declaración de zonas de emergencia, lo que conlleva en forma obligatoria a la asignación de millonarias partidas de dinero para reconstruir y pagar daños a los damnificados, lo que por la misma emergencia no se cumple, yendo a parar las asignaciones pecuniarias y logísticas a los bolsillos de los gobernantes y autoridades corruptas que no cumplieron con el dicho de NO DEJAR PARA MAÑANA LO QUE SE PUEDE HACER HOY", demostrándonos que son simplemente procrastinadores profesionales peruanos.
MARCO V. SANTOS DLG.
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