jueves, 4 de noviembre de 2010

CABALLO DE TROYA

En contra de todo lo que signifique inviolabilidad del territorio patrio por historia como legado de nuestros antepasados, a costa de sangre y sudor de ellos como también de nuestros héroes, cuyo valor inalienable y ajeno a todo lo que signifique venta u obsequio en base a un antinacionalismo y asendrado odio a la patria, el actual gobierno ha cedido más de treinta mil metros cuadrados en las playas de Ilo a los bolivianos para que estos construyan su escuela naval y sean verdaderamente marinos de mar y no de laguna. Esta actitud que los del gobierno aprista y sus ayayeros pueden llamar de franca amistad y deslinde de antagonismos con los bolivianos, no es más que pura chabacanería en busca de populismo mediático y falsas loas de los del altiplano, que en cierto momento Evo Morales insultó al presidente García, burlandose de su extraña obesidad y obsecuente e innata demagogia.
En el fondo lo que se quiera con esta acción traidora de marras es soliviantar y exacerbar los ánimos de los chilenos que también quieren granjearse la amistad de los del altiplano, empero lo único que se logrará con esa concesión es la de meter en territorio patrio al enemigo, por cuanto los bolivianos mal llamados hermanos nuestros siempre nos miraron con recelo y odio encubierto por razones históricas, echándonos la culpa de su desgracia social y de su mediterraneidad; circunstancia que es muy parecida a la historia de Troya con el nefasto caballo del madera de donde salieron los soldados que cortaron las cabezas de los dueños de casa que nadaban en licor y juergas sempiternas.
En el fondo la tan mentada escuela naval de los bolivianos en territorio peruano será de gran ayuda a los chilenos acostumbrados a pactar por debajo de la mesa con los paisanos de Evo Morales, para que en un momento dado en la segunda guerra del pacífico con las tropas de la brigada septima de caballería de Patricio Lynch, vuelvan a paserase orondos por nuestros suelos, gracias a que los bolivianos servirán de aliados a los chilenos en esa nueva cabecera de playa.
Estos actos nefastos propios de paisanos nuestros que hacen prevalecer su vanidad sobre la autoestima, su arrogancia sobre el respeto a los derechos de los demás, sus exabruptos sobre la razón y el sentido común, su codicia de poder y dinero sobre el respeto al legado de los antepasados, con la complicidad del congreso y de los militares de altas jerarquías buenos para nada, no debemos asombrarnos por cuanto mucho antes ya se regalaban porciones de zonas fronterizas por temor a la confrontación y a la guerra propia de plumíferos de corral, como es el caso de Leticia que ahora es de Colombia, de Arica que es de Chile, de la zona de Cueva de los Tayos que ahora de Ecuador.
MARCO V. SANTOS

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