miércoles, 5 de enero de 2011

DIME QUE POLICIA TIENES Y TE DIRÉ QUE PUEBLO ERES

En el Perú estamos acostumbrados a escuchar a las madres y abuelas el dicho de que, "como no hay plata te meteras de profesorcito o de policía nomacía", como fatal sentencia para el joven recién egresado de la secundaria, sometiéndo y encaminándolo en forma parametrada a la ocupación casi creada e inventada solo para la clase media y para los pobres, en donde ingresan mediante unos exámenes físicos facilongos y casi regalados y a los pocos meses ya están ganando su sueldito aunque poco pero que les alcanza siquiera para alimentarse, pagar su cuartito y vestirse con ropa de contrabando, solo por enseñar a sumar a los alumnos de las provincias y de los pueblitos, que por estar mal alimentados no atienden y solo se dedican a dormir. Los otros tienen uniformes y ropa gratis, pase en el transporte urbano y también para enamorar a la cholita de la esquina.
Esa es la realidad de la educación y la seguridad del pueblo peruano, sin tomar en cuenta que estos dos rubros sociales son las columnas vitales juntamente con la alimentación, la vivienda y la salud, para lograr el desarrollo y el tan ansiado bienestar público, del cual tanto nos habla la filosofía de la Geopolítica. Es pues la improvisación con la que se maneja el destino de la patria, con profesores y policías mal pagados, evaluados sin ningún perfil profesional, formados a la paporreta en institutos superiores y academias que funcionan en cada cuadra de cada villorrio, en escuelas policiales descentralizadas en donde fungen de profesores hasta los choferes y jardineros de los coroneles.
Pero el entuerto de la debacle ducativa y de la seguridad no queda allí, sino que esta última no se salva ni con reorganización incluida, siendo su situación solamente comparada con la que atravieza el INPE encargada de la custodia de los penales del país, lo cual es una verguenza nacional.
El solo crecimiento elefanteásico, burocrático, pro imperialista y de remedo norteamericano de la oficialidad del grado de generales de la PNP es una realidad calamitosa, por que se ha hecho realidad este negociado con oficiales que ascendieron a tan alta graduación gracias a favores políticos, económicos y de diversa índole, haciendo ver a la población que este grado es insulso e indeseable en esta institución que fue tutelar del Estado y hoy lo es del partido de gobierno, que solo requiere policias subalternos de los grados de técnicos y brigadieres, por que son estos los que dirigen el tránsito, investigan, capturan, van al VRAE y estan en todas las actividades operativas, tan solo al mando de tenientes o capitanes y no de generales con autos del Estado, con choferes, jardineros, crucigramas en la mano y concubinas incluidas.
La policía solo necesita un director general de esa jerarquía y coroneles en la misma cantidad de regiones policiales y no la actual super población de generales inservibles e ineptos, que no atan ni desatan cuando de aplicar nuevas estrategias y planes educativos y operacionales se trata, para evitar que se den armas de fuego y equipos que el pueblo compra con su impuestos a personal inepto que utiliza los medios logísticos asignados en forma indebida y totalmente inepta en desmedro de la integridad física de los peatones y ciudadanos de a pie, mientras que los delincuentes de las bandas comunes y organizadas hacen su agosto en los mercados, en los bancos, en las carreteras, en los colegios, en las iglesias, en los terrapuertos, en los aeropuertos, en el transporte público, en los pueblos, en las chacras, en las fronteras y en todo lugar que se llame territorio patrio.
De donde vienen, donde nacen y a donde van los generales de la policía no lo sabemos, lo único que el pueblo conoce es que esta jerarquía burocratizada e inadecuada en su cantidad y calidad para el pueblo peruano, es una circunstancia que da verguenza ajena al Perú en el campo internacional de la seguridad pública y tranquilidad social.
Es pues la realidad de nuestra sociedad en donde medimos su calidad de seguridad y de vida en cuanto analizamos la clase de policía con la que cuenta.
MARCO V. SANTOS
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