lunes, 3 de enero de 2011

LA OTRA SALITA DE MONTESINOS

El invento navideño del apristoide Hidalgo Medina del bono policial para ser entregado a los policías más eficaces en el servicio operativo de protección a la ciudadanía en las fiestas de navidad y año nuevo, con el fin de elevar la popularidad alicaída del presidente y su partido a sabiendas que ambos navegan al garete en el mar putrefacto de la corruptela generalizada, en donde la pus y miasma de este cadaver en forma de territorio continental, saltan sin necesidad del dedo que las oprima, se ha convertido en una amenaza tanto para el propio cuerpo policial como para la población desvalida y abandonada que ya no puede ni siquiera festejar sus fiestas religiosas, sin temor a ser abaleado por el policía de la esquina y no por las barras bravas o los maleantes en banda, lacras que viene a ser lo mismo de un todo.
En primer lugar es una amenaza para la propia PNP, por que desde los generales, pasando por los coroneles y toda la parafernalia engalonada, hasta los subalternos hombres y mujeres, se han dedicado a buscar a como de lugar a ser considerados en el servicio operativo de calle en cualquiera de sus formas y lugares, con el fin de ser agraciados por el bono de marras que asciende a más de tres mil soles, lo que ha creado una competencia desleal y maligna entre los uniformados, ocasionando que entre ellos se saquen los ojos y entre ellas se quiten los favores de los dueños y administradores del dinero que es de todo el pueblo y no de ningún generalito o de delincuente encorbatado metido a político. Entonces al crearse esta competencia pagada entre los policías no solo se desvirtúa la calidad y naturaleza del servicio benemérito hacia el pueblo, sino que se le pone precio a cada intervención y si es más sangrienta y violenta mucho mejor; empero el PNP que no es considerado en el pago del bono de marras o que solo es un simple policía de oficina, mecanógrafo, furriel, telefonista, chofer, vigilante de puertas, de bancos, compra mimosas o jardinero, no querrá intervenir ante la constatación de un delito flagrante, simplemente por que nadie le premiará con su fajo de billetes. Los agraciados con el bono del papa noel metido a ministro del interior, no dudarán en meterle plomo a cualquier parroquiano con cara de sospechoso o peatón que corre por la calle no por ser delincuente sino por querer llegar temprano a casa para compartir una taza de chocolate con su familia. Como lo acontecido con decenas y cientos de ciudadanos humildes y aborígenes que osaron deambular por las calles o pedir ayuda al policía de la esquina, en donde salieron con las cuellos descoyuntados, con plomo derretido en las entrañas o con los huesos hechos trizas, ahora siguen con las intervenciones policiales sin ningún profesionalismo propio de ineptos y descriteriados, desde lo más alto hasta la base de la pirámide verde, que llevan a los heridos a los calabozos de las comisarías, a los muertos al arenales de conchan, a los delincuentes a las clínicas y a los mafiosos encorbatados a sus sótanos con arresto domiciliario.
En segundo lugar, el comando de la actual PNP se ha dedicado a limpiar a sus efectivos en competencia por el ansiado bono, dando comunicados falaces y propios de una talega llena de ratas en oscuros contubernios, creyendo que los deudos y la sociedad quedan contentas con reparaciones civiles miserables y falsas sanciones penales para los infractores. El pueblo ya no crée a esta policía que se ha vendido al presente gobierno corruptor y procastinador a cambio de trece monedas, besando y mordiendo en la yugular y entregándolo en bandeja a la delincuencia común, organizada, encorbatada y perniciosa.
Mientras los corruptos sin moral y ética que han destrozado la disciplina que es la columna vertebral de esta institución que fue tutelar del Estado y ahora lo es del partido de la estrella, sigan en el comando del ministerio del interior que no es más que la otra salita de montesinos, donde se borran archivos, se desaparecen pruebas, donde se reparten riquezas, se regalan galones, se venden cargos y entregan los poblados como parte de herencias, donde se acosan a las panes franceses, se les sacan planes y citas para encontronazos en hoteluchos de tres estrellas que atienden con pase policial, entonces los subalternos sin formación, sin vocación, sin perfil sicológico, desmadrados y renegados, seguirán asesinando al pueblo sin que nadie lo defienda.
A cuidarse de los policias abonados a la corruptela por que no dudarán en cometer un acto heróico metiendole plomo estando a pie o en su camioneta, por el solo objetivo angurriento de meterse a la cola para cobrar el bono de hidalgo medina-
MARCO V. SANTOS
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