domingo, 5 de diciembre de 2010

CONTRA CORRIENTE

El flamante presidente de la Corte Suprema doctor San Martín a quién por cierto felicitamos los feligreces que esperamos justicia con justeza y prontitud, tiene en su hoja de vida el antecedente de haber mandado a prisión al apátrida Fujimori por su autoría y participación intelectual y material de una serie de delitos de corrupción y lesa humanidad, lo que lo ubicó a nivel mundial como paradigma de la justicia proveniente de un continente corrompido a nivel político, social y jurídico, viene ofreciendo el oro y el moro para una correcta administración de justicia en el Perú, a sabiendas que es una institución corrupta de donde brota pus sin necesidad de hincar con el dedo.
El doctor San Martín deberá luchar contra la corriente salvaje y arrasadora de la corruptela existente en las cortes, tribunales, salas, juzgados y demás oficinas donde dizque se administra justicia, lugares en donde se envían a la carcel a los que menos tienen para pagar las coimas solicitadas y que no han cometido delito y dejan libres a los justiciables y culpables, por el solo hecho de su poder económico.
Los peruanos sabemos muy bien que cualquier abogado con un poco de platita y certificados de maestrías, docotorados y diplomados comprados en la calle de los documentos bamba del centro de Lima, se presentan a los concursos públicos para jueces y magistrados y al día siguiente, como por arte de magia son los nuevos encargados de administrar justicia y vaya usted a ver, a los pocos meses son propietarios de edificios, de yates, de vehículos, con jugosas cuentas de ahorros en los bancos y viajes de sus familias y concubinas al extrerior cada diez días. En esta entidad de marras no se prectica la política o mejor dicho la estrategia para amejorar la eficácia y lograr mayor profesionalismo en sus cometidos, como que si lo tienen los diplomáticos, quienes proceden de una escuela nacional estatal en donde por cinco años y de entre muchos profesionales de distintas ramas se forman a los futuros representantes de de la diplomácia peruana.
El doctor San Martín que no hizo aspavientos ni tuvo miramientos para enrostrar sus delitos al sátrapa Fujimori y enviarlo a prisión, no obstante de las amenazas de los resagos de fujimontesinismo existentes en todos los estratos del sector público y privado del país, capitaneados por su abogado el inefable Nagasaki y toda su parafernalia de cuatreros, deberá de conocer la problemática de las cortes superiores de justicia del interior, en donde aún se aplica la justicia de la época de la colonia con el derecho de pernada en los aún mal llamados palacios de justicia, al más puro estilo de los castillos de la realeza de los invasores eutopeos, constituyéndose en cada región, pueblo y villorio con fines y afanes de trabajo y no de figuretismo con chaleco antibalas y pistola al cinto como su antecesor Villa Stein, que hizo poco por cumplir a cabalidad la tarea que le fue encomendada por el bien de la paz social de nuestra patria.
El pensamiento y la obra fujimontesinista está libre, vivita y coleando, como peces en el agua, los tenemos en la vice presidencia de la república, en el congreso, en los ministerios, en las fiscalías suprema y superiores, en los juzgados de primera y segunda instancia, en la cancillería, en las FFAA y en la PNP, estos seres extremófilos que se alimentan de estiercol y miasma, seguirán chuponeando las conversaciones telefónicas y los correps privados de la nueva autoridad y del pueblo entero, para que con total descaro denuncien contubernios internacionales para sentenciar al japonés de marras, demostrando con esta denuncia su total descaro, falta de sangre en la cara y amoralidad genética de los integrantes del nefasto gobierno de fujimori y montesinos, que nos demeuestran que siguen aplicando las enseñanzas de los presidiarios de las celdas doradas de Vitarte y de la prisión naval del Callao.
MARCO V. SANTOS
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