LA GRAN ESTAFA NARANJA

Los que pensaban que el congreso peruano había llegado al cúlmen de la verguenza nacional, no solo por ser una cueva de sátrapas del erario nacional, donde transfugas en banda con vestimentas de distinto color, mascaretas con gestos contritos y mochilas cargadas de dinero feble y en gruesos fajos, giran y rotan de curul en curul, dando saltos estrambóticos y con piruetas según el monto de lo económico de su valor, sino por que estos representantes de la crema y nata de los villanos urbanos y de las zonas rurales de costa, sierra y selva, son la representación más clara y notable de la ineptitud política y de la ignorancia de la realidad nacional. Esta gran masa demostrativa de la aberración social peruana también tiene entre sus componentes a falsos linguistas que solo hablan su propio idioma, entendible y audible solo para sus oídos, no obstante de estar apoltronadas casi por centurias en la cueva de cemento y alfombras rojas, lleva también en sus pasadizos subterráneos a deportistas de cierta disciplina femenina que por haber vestido la camiseta de la selección nacional en algún momento, se han vendido al mejor postor sin saber un ápice de política, de los planteamientos de su partido, de la problemática nacional e inclusive de las letras que componen su nombre ni la procedencia de sus apellidos. Todos estos elementos del mal tienen una gran particularidad que los homogeniza, cual es, la de tener el único objetivo del enriquecimiento personal y de los suyos, inclusive inscribiendo como asesores a fantasmas y personas inexistentes, para engullirse el sueldo mensual de estos.
A los hechos de inmoralidad en banda hay que agregar la cereza sobre la cabeza de la bestia, que vendría aser la noticia del día, que el pueblo esperaba como la séptima plaga de Egipto. Resulta que la inefable hija del sátrapa asiático, la que para verguenza nuestra y de la región continental, se ha lanzado como candidata a la presidencia, ha anunciado que su hermanito Kenjy Fujimori será candidato en los primeros números de su partido, el del color naranja, para el bódrio nacional donde se fabrican leyes entre gallos y media noche.
Con la presencia del ente mencionado que es nada más y nada menos el proyecto en ciernes del futuro villano que nos atormentará la vida diaria por lo menos durante los próximos cincuenta años, claro por supuesto rodeado de sus amadísimos hermanos.
Esta pues en conocimiento del pueblo peruano, no solo del elector, sino del que se automargina de este acto para no ser cómplice de la desgracia nacional, del que vive en el extrangero no solo por mejora económica sino por mejora moral y de autoestima, de los modernos anacoretas que se auto exilian en la profundidad de los valles y de las selvas, no por asuntos ecológicos sino por aislarse de los discursos demagógicos y las matanzas en la vía pública, de las que tanto nos hablan los pájaros de mal aguero y carroñeros de los informativos de la TV nacional, que a partir de este año las Hildebrandt, las Cabanillas, las Cuculizas, las León, las Moyano, los Zumaetas, los Abugatas, los Vega Antonio, los Bedoyas, los Alva, etc., etc., contarán como compañero del latrocinio y de la gran estafa con la presencia del nuevo tiburoncito en el ataque destructor de sus mandíbulas y malagua en el reciocinio de sus neuronas bañadas y lubricadas con la flema de la pota. De esta forma estaría casi completa y asegurada la gran bufonada pública para los próximos cinco años.
MARCO SANTOS DLG.
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