martes, 22 de septiembre de 2009

NOCHE DE ALCARAVANES
Banco de la Nación del Cusco
a la zaga de la banca privada
Marsangal
La ciudad del Cusco coronada mil veces, con lauros, condecoraciones y premios a nivel nacional e internacional mira con tristeza como la actual administración del Banco de la Nación en esta ciudad, que seguramente esta a cargo de gerentes capitalinos apitucados, no realiza un estudio y análisis de la problemática por la que atraviesan diariamente sus centenares y miles de usuarios, que por cierto es toda la ciudadanía, llámese profesores, policías, enfermeras, abogados, servidores públicos y las campesinas que bajan de sus comunidades y cobran cien soles mensuales por estar embarazadas, al acudir a su única oficina de la Avenida El Sol y formar colas serpenteantes por muchas horas en su reducida sala, que seguro que si las desdobláramos estas abarcarían decenas de cuadras; mientras la banca y agencias financieras privadas vienen aperturando oficinas en las avenidas y urbanizaciones principales de los distritos de Cusco para atender con pulcritud, esmero, orden y bienestar a sus reducidos clientes.
El monopolio que ejerce el Banco de la Nación que es del Estado y vive con el dinero de los servidores públicos, es total, vale decir que todos dependemos de esta entidad burocrática, a la cual tenemos que acudir para efectuar cualquier movimiento por mínimo que sea y que al llegar a sus oficinas y ver el conglomerado de nativos cusqueños que somnolientos avanzan medio metro cada dos horas, sin chistar ni reclamar por el abuso evidente, que a lo mucho se limita a cuchichear con su compañero de cola, tiene que abandonar y retirarse del lugar.
Los dineros que capta el Banco de la Nación no son reducidos ni exiguos sino todo lo contrario, motivo por el cual la ciudadanía observa la gran cantidad de empleados que funge de administrativos y que llenan oficinas y cabinas desde el sótano hasta el último piso, asimismo sus jugosos sueldos y plus que reciben por un rendimiento ficiticio.
El que la población cusqueña acostumbrada a los desaires, olvidos y abusos de los burócratas de cada gobierno, no atine a reclamar ni protestar abierta o públicamente so pretexto de no espantar al turismo, no quiere decir que no exista el clamor del pueblo para hacer cambiar esta serie de hechos a los cuales nos obliga la actual administración del BN y así se pueda obtener un poco de buena atención.
No se exige que esta entidad compre terrenos ubicados en barrios residenciales y construya edificios ultra modernos, sino que pedimos que el administrador o gerente del BN de Cusco, alquile una instalación como lo hacen a cada rato en ESSALUD, ubicada en la zona sur de la ciudad, con el objeto de descentralizar sus servicios y permitir que los pobladores de Saylla, San Jerónimo, San Sebastián y urbanizaciones, asociaciones y asentamientos humanos que los conforman cumplan con sus gestiones de recojo de haberes y pagos de obligaciones privadas, mercantiles y judiciales con suma facilidad y agilidad, sin necesidad de ingresar a la ciudad.
Los modernos administradores se titulan como tal y son asignados a cargos de responsabilidad del estamento público y privado, cuando analizan, estudian y recomiendan formas de acción diversas para la optimización de los servicios que vayan en provecho del usuario y no de ellos mismos o de sus empleadores. En otras palabras, el “chi cheñó” del siglo pasado, de los administradores de la franela y el contubernio, ya no debe existir en las sociedades modernas que se jacten de ser avanzadas.
El Cusco como Patrimonio de la Humanidad y catalogada últimamente como Nueva Maravilla Moderna, merece mejor trato por parte de la Administración Regional y Nacional del Banco de la Nación, por que como enuncia el dicho “la mujer del Cesar no solo debe serlo, sino parecerlo”.

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