martes, 22 de septiembre de 2009

NOCHE DE ALCARAVANES
¿No es oro todo lo que brilla en el INC y COSITUC?
Por : MARSANGAL
Tal como sucede en la vida política nacional específicamente en el Congreso, en el Cusco durante los últimos decenios nos hemos acostumbrado a vivir y girar alrededor de cinco o diez personas que resultan siendo los únicos jefes de reparticiones públicas año tras año, como lo son eternos regidores, los inacabables jefes del INC, los perpetuos directores de COPESCO, los perennes responsables de INDECI, los ideales Gerentes de COSITUC, los perdurables presidentes de directorio de SEDA CUSCO, etc., etc. Convirtiéndose los cientos de miles de ciudadanos y pobladores en meros espectadores de este grupúsculo de afortunados seres angelicales que vinieron a este mundo con el designio divino de gobernar a sus congéneres en forma sempiterna, gracias a sus vastos conocimientos y gran sabiduría todista y perfecta.
Muchos de estos personajes inimitables y maravillosos salen diariamente a la palestra pública mediante los medios de información amigos, haciendo conocer sus actividades en pro del bienestar, desarrollo y seguridad de la población, pintando muchos de ellos éxitos y logros aplaudidos por propios y extraños.
Pero si nos ponemos a escudriñar a fondo si todo lo que brilla es oro, pues nos damos con la ingrata sorpresa de que solo existe plomo derretido y pirita que es nada menos que el oro de los tontos. Es lo que pasó con cierto regidor defenestrado desde Lima por Nepotismo, que fungía en tal cargo electo por el pueblo, desde las épocas del finado Daniel Estrada Perez y estuvo en la Municipalidad del Cusco hasta hace unas semanas. De igual modo, el actual jefe del INC solo camina unas cuadras para hacerse cargo de sus nuevos honrosos cargos, que se opone a cuanta modificación o arreglo que quiere hacer cualquier parroquiano en su casa de adobe y teja que por desgracia está ubicada en el llamado “casco monumental”, empero que si autoriza, y en cuestión de minutos a las grandes transnacionales que derrumban no puertas ni umbrales, sino edificaciones y casonas coloniales en pleno corazón de la ciudad, dizque por que así lo ordenó su jefa desde Lima.
En COSITUC pasa lo mismo pero de diferente forma, ya que el responsable actual ha sido puesto por la ex alcaldesa Sequeiros, y viene manejando la institución a su antojo y al de sus amistades. Destituye empleados profesionales y coloca a los que le recomienda su conciencia y conveniencia. La seguridad turística implementada con bombos y platillos desde julio del 2008, hoy en día es un simple remedo de eso y se ha convertido en refugio de personal de tropa del ejército, en donde algunos de ellos se hacen llamar oficiales, cuando no conocen ni la ubicación exacta de la EMCH. Este personal improvisado de seguridad que últimamente viene figurando inclusive en planillas, agrede diariamente a los guías de turismo y acosa sexualmente al personal femenino, tal como lo hizo en las instituciones públicas donde anteriormente laboraron y fueron desaforados mediante paros laborales; todo esto se suscita sin que su máxima autoridad haga algo por solucionar la deficiencia e irregularidad.
Con lavar y poner detergente a los portales de las plazas principales no se está invirtiendo como debe ser las ingentes cantidades de dinero que ingresa a las arcas de esta institución de cuyo manejo total, el pueblo desconoce. Es inaudito e increíble que mientras se malgasta el dinero que se recauda con el ingreso de los turistas a los conjuntos arqueológicos construidos por los antepasados de todos los cusqueños y peruanos, el acceso a Qenqo, ubicado a dos minutos de Saqsayhuamán, sea una trocha llena de inmensos baches, por donde transitan los buses en forma bamboleante, poniendo en peligro la vida de los visitantes; lo mismo sucede en la trocha carrozable que conduce a Moray. ¿Será difícil que el jefe de COSITUC coordine con los alcaldes y autoridades que reciben dineros cada mes, para que los empleen en refaccionar las zonas arqueológicas de su jurisdicción?

No hay comentarios:

Publicar un comentario