viernes, 25 de septiembre de 2009

NOCHE DE ALCARAVANES
La Bachelet en su laberinto
Por : MARSANGAL
Cuando era candidata la médico Michelle Bachelet que hoy frisa los 56 años de edad, los crédulos de su país pensaban en ella como una buena opción para presidenta de los araucanos, dados sus antecedentes familiares, políticos y profesionales, más aún sabiendo que su padre un militar chileno que fue perseguido por el genocida Pinochet, murió en prisión, por el solo hecho de haber simpatizado con el extinto Salvador Allende. La población chilena de clase media, media baja y baja de extrema pobreza, pensaban que esta candidata gobernaría para lograr de alguna forma darles empleo y medianamente bienestar social, alimentación y vivienda, si no era pedir mucho. La ideología de línea socialista de esta política hizo creer a los civilistas y hombres empresarios de este pequeño país que ocupa una pequeña franja cubierta por desiertos salitrosos y alquitranados, que los exorbitantes impuestos y el canon del cobre para alimentar la estrepitosa carrera armamentista emprendida por las elites castrenses, serían disminuidos o enviados al archivo, dada su condición de mujer y de haber sufrido junto con su padre los embates de las tropas y haber sentido el filo de las bayonetas en el cuello. Los políticos de esa nación del sur de América y de los países vecinos pensaban en sus pequeños cerebros que ella como presidenta lideraría los nuevos cambios en la política internacional no solo del continente americano sino mundial, en aras de una solidaria y auténtica unión americanista.
Empero no se dio ni lo uno ni lo otro, propios y extraños quedaron con los crespos hechos. Ni la tan mentada pena y tristeza de su padre muerto por Pinochet, ni su formación profesional impidieron que hoy por hoy en condición de presidenta chilena, se convierta en enemiga número uno de los pobres de su país y de la paz en este sector del continente, que lejos de reunirse con los altos mandos militares de su gestión, solivianta a sus generalotes para continuar comprando armas y material bélico de última generación, teniendo la desfachatez de viajar a la misma Holanda a comprar personalmente aviones de combate, entrevistarse con la reina de los Países Bajos y con el mismísimo presidente de la Corte Internacional de la Haya, demostrándonos a todos los cholitos del Perú que su apellido rimbombante de aparente procedencia francesa, no era más que un simple apelativo que usan los quelonios de la isla de Galápagos
Los Frei, Lagos, Pinochet y otros que precedieron a la Bachelet, quedaron como una zapatilla vieja, no por que a esta le guste comprar armas para amenazar a sus vecinos pobretones, sino por que es utilizada como la piñata y felpudo por las tropas de tierra, mar y aíre que hacen de ella lo que les viene en gana, habiendo llegado a compararse con las tropas de la OTAN. Esta dama es un simple adorno, cual calaverita de llavero o tatuaje en nalga de bailarina en el gobierno chileno, y ella como sus senadores y diputados dice si a todo lo que piden sus soldados, con el temor talvez de ser tratados a culatazos y bombazos, como hicieron con el gobierno de Allende.
Ella sabe muy bien que sus tropas se zurrarán en el resultado de la C.I. de la Haya favorable al Perú en la cuestión pendiente que viene analizando, por que conoce los planes secretos que permitirán que sus tropas hagan demostración de fuerzas y se mofen de sus similares peruanos, como lo perpetrado por el nefasto Patricio Lynch en su invasión a Lima en 1879, que causó pavor a nivel mundial, obligando a Du Petit Thouars a amenazar con el hundimiento de los barcos chilenos acoderados en el Callao.
La mayor satisfacción de esta dama y que le permite conciliar el sueño cada noche, es la de saber que ella no está sola en el plan de limpiar la botas y solapas de sus tropas, sino que está bien acompañada por el actual ministro de Defensa del Perú, por los relevos del tristemente célebre Donayre y por los políticos y empresarios que hacen resistencia a la modernización bélica y organizacional de nuestras FFAA, entonando diariamente la vieja tonada que dice que el Perú no es belicista y que no son tiempos de guerra sino de amor y comprensión, olvidándose que los gobiernos y las diplomacias modernas sin el respaldo disuasivo de sus ejércitos son como las buenas sinfonías pero sin instrumentos o como los libros con forro de cuero pero sin páginas.

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