martes, 22 de septiembre de 2009

NOCHE DE ALCARAVANES
Se vienen las bacanales de Junio
(Feria de Huancaro, Corpus, Día del Cusco, etc.)
Por : MARSANGAL
Cada año el mes de Junio se nos presenta con el friaje y las heladas de siempre, pero también con los festejos propios que acarrea el mes jubilar del Cusco, en donde la población entera y sus instituciones, sumadas al turismo nacional y extranjero, participan del programa en diferentes lugares, fechas y formas.
Lejos de participar en forma sana y formal en todas las actividades de Junio, se consideran actividades de diversa índole en el programa de festejos, siendo uno de estos la tantas veces llamada Feria Agropecuaria Internacional de Huancaro, que es una reunión de grupos de personas denominadas feriantes, que se embriagan durante diez días, originando escándalos mayúsculos callejeros, presencia de facinerosos y delincuentes, comercio ambulatorio, basura y defecaciones en toda la zona residencial de Huancaro, sin que exista autoridad alguna que ponga coto al asunto o por lo menos imponga control y respeto a los ciudadanos que radican en ese sector poblacional. Esta feria que es un simple remedo de las que se practican en las zonas alto andinas y que no es dable que se realice en la ciudad del Cusco, solo sirve para que avivatos que año a año se relevan en su organización, que sin rendir cuentas levantan sus bártulos y se van con las alforjas llenas, sin producir mejoras en la infraestructura llena de barracas, polvo y basura. Lejos de recibir y atender a sus usuarios y comensales de los kioscos de expendio de bebidas alcohólicas, no cumplen en solucionar y corregir las observaciones de inseguridad e insalubridad efectuadas por Defensa Civil, MINSA, Cía de Bomberos, etc.)
De igual modo y muy parecida al anterior es la festividad religiosa del Corpus Chrysty que bien puede ser de atracción turística y emoción propia y ajena, pero que también se convierte en la ingesta de alcohol en la vía pública más grande que nadie podría imaginar, con la disculpa de acompañar a los santos y beatas de sus distritos, cual dolorosa herencia dejada por los españoles y practicada por el clero cusqueño en pleno siglo XXI. Los ciudadanos que pagan sus impuestos y tienen sus derechos y la población que no coincide con las festividades de una religión alienada y corrupta desde adentro, no puede estar obligada a convivir con estas festividades que alteran el normal desarrollo de sus actividades, del tránsito, de su transporte, de su salubridad, del medio ambiente y el eco sistema.
Rebasa el vaso de todo lo que significa alteración de la vida en el Cusco, cuando hablamos del desarrollo de su programa de festejos, ya que antes que empiece el mes de Junio, vemos como estudiantes de nivel inicial, primario, secundario y superior, premunidos de pequeños tamborcillos y disfraces, invaden las áreas verdes, bermas y zonas libres de plazas, parques, avenidas, calles, y cuanto sector disponible encuentren a su paso, para ensayar desde horas de la mañana hasta el anochecer, bailes y danzas inventados por seudo profesores, lejos de estar estudiando y dentro de sus centros académicos, por que para eso es que van al colegio y sus padres pagan sus mensualidades, pasajes, alimentación, útiles escolares y uniformes. Con el transcurrir de los días empiezan los desfiles y el cierre de la Plaza Mayor y avenidas importantes. El día más álgido es el 23 por la noche o lo que se llama la serenata al Cusco, en donde cientos de miles de personas agrupadas en instituciones de diversa naturaleza, ataviados de ponchos, sombreros y botellas de pisco y ron en mano danzan y desfilan saludando a las autoridades, siendo que muchos de estos ( no todos por cierto) lo hacen en completo estado de beodez, convirtiendo el saludo y pleitesía a esta ciudad milenaria en un insulto y blasfemia que causa vergüenza a los cusqueños bien nacidos y de buenas costumbres.

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